El monóxido de carbono es un gas altamente venenoso que se propaga rápidamente en el aire del ambiente. Se genera por combustiones deficientes y es imposible percibirlo porque no tiene color, no tiene olor ni sabor y no irrita las mucosas. Una vez inhalado, se combina con la hemoglobina de la sangre a través de los pulmones e impide que el oxígeno llegue a los órganos vitales.

Si bien este gas venenoso no puede percibirse, hay claros indicios que señalan la presencia de monóxido de carbono en el ambiente:

  • Coloración amarilla o anaranjada de la llama, en lugar de color azul.
  • Aparición de manchas o tiznado en las paredes; decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación de gases o alrededor de ellos.

Una de las principales causas de la aparición de monóxido de carbono está en el mal estado de los artefactos de gas o en sus instalaciones, por ejemplo:

  • Insuficiente ventilación del ambiente en donde hay una combustión.
  • Instalación de artefactos en lugares inadecuados.
  • Mal estado de los conductos de evacuación de los gases de la combustión: desacoplados, deteriorados o mal instalados.
  • Quemador de gas con la entrada de aire primario reducida.
  • Acumulación de hollín u otro material en el quemador.

Para evitar accidentes, toda instalación de artefactos a gas debe cumplir con las condiciones de ubicación, ventilación y evacuación de gases producto de la combustión, conforme a Reglamentaciones Técnicas Vigentes (ver capítulos VI y VII de la NAG-200) que siempre deben ser realizadas y controladas por un gasista matriculado.

Los accidentes por inhalación de monóxido de carbono se pueden evitar

  • Hacé revisar una vez al año los artefactos de gas por un gasista matriculado, preferentemente cuando bajan las temperaturas.
  • Colocá rejillas de ventilación permanentes. Son obligatorias para todo artefacto de cámara abierta.
  • La llama del gas siempre tiene que ser azul. Si es amarilla, anaranjada o roja tu artefacto de gas está funcionando mal.
  • Chequeá siempre que los conductos de evacuación de gases no estén rotos o tengan obstrucciones.
  • Llamá siempre a un gasista matriculado para que revise los artefactos de gas y las ventilaciones de tu hogar.
  • Las hornallas y los hornos no son para calefaccionar. Eso es peligroso.
  • Si tenés un detector de monóxido de carbono, activalo siempre.
  • Mantené las hornallas de la cocina limpias de líquidos y alimentos porque eso obstruye los quemadores y genera una mala combustión.
  • Aprovechá al máximo la capacidad calórica de los artefactos, no los tapés con cortinas ni muebles.
  • Los artefactos de gas instalados en baños o dormitorios sólo deben ser de tiro balanceado.
  • Dejá siempre una rendija abierta; es importante que haya circulación libre de aire desde el exterior.
  • Si vas a habitar una vivienda que ha permanecido cerrada por mucho tiempo, hacé revisar las instalaciones internas por un gasista matriculado.

Signos de intoxicación

El monóxido de carbono ingresa al organismo a través de los pulmones; se combina con la hemoglobina de la sangre (con una afinidad 250 veces mayor que con el oxígeno); y reduce su capacidad de transportar oxígeno a las células, provocando la hipoxia de los tejidos. De acuerdo con el tiempo de exposición, puede afectar al cerebro y al corazón.

Los síntomas de una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono se confunden, a menudo, con los de la gripe o una intoxicación alimentaria.

Una intoxicación leve se manifiesta con debilidad, cansancio y tendencia al sueño; dolor de cabeza, náuseas y vómitos; dolor de pecho y aceleración del pulso en la primera fase.

Una intoxicación grave puede producir temperatura corporal baja; inconsciencia, respiración irregular, convulsiones, pulso lento y/o irregular, tensión arterial baja, y hasta paro respiratorio.

Qué hacer en caso de intoxicación

  1. Buscá atención médica inmediatamente.
  2. Trasladá a la persona intoxicada a un área libre de gases tóxicos; preferentemente, llevala a un lugar al aire libre.
  3. Mantené a la persona abrigada y recostada.
  4. Si la persona está inconsciente, tomale el pulso y cerciorate de que respire.
  5. En caso de que haya tenido un paro respiratorio, deberás practicarle reanimación cardio-pulmonar.
  6. Asegurate de que la ambulancia esté en camino.